El eneagrama es una herrramienta muy potente de crecimiento personal y desarrollo espiritual.
Introducido en nuestra sociedad por el científico Óscar Ichazo y el psiquiatra Claudio Naranjo. El eneagrama realmente ha servido durante miles de años como forma de estudio del ser humano.
Geométricamente es una especie de estrella de 9 puntas donde vemos reflejadas las 9 personalidades en las que se pueden clasificar a todas las personas.
Otros autores como Richard Riso o Russ Hudson han añadido a estos 9 puntos otros matices que ahora veremos.
Pero el eneagrama y sus 9 eneatipos pueden resultar a veces confusos.
Si has investigado algo sobre este tema, seguramente te habrás preguntado: “¿cómo puedo saber qué eneatipo soy?” “¿Qué hago si me parezco a dos eneatipos distintos?” “¿qué significa mi eneatipo, algo bueno o algo malo?”
Para responder a todas estas preguntas que nos estamos haciendo, especialmente estos días que tenemos más tiempo para indagar en nosotras mismas, he escrito este post sobre qué significa el eneagrama.
Eso sí, antes de empezar te diré algo: el eneagrama es algo que está vivo, tú vas cambiando con el tiempo y puede que tu eneatipo se desvíe, por lo tanto nunca dejes de conocerte a ti misma y de indagar dentro de ti.
En Internet hay cientos de tests que te prometen revelarte exactamente qué eneatipo eres, con tus subtipos y tus descentramientos.
Pero la realidad es que, como en casi todas las herramientas de autoconocimiento, tu propia experiencia es el test más valioso de todos.
Aunque en las entrevistas con expertos profundizamos más sobre este tema, voy a darte una pincelada de los 9 eneatipos que conocemos:
El Uno es una persona extremadamente perfeccionista e inconformista.
De niño tuvo la percepción de haber recibido duras críticas y ahora necesita sentirse perfecto todo el tiempo, para cubrir esa necesidad de sentirse suficiente.
Sin embargo, esto le produce mucho dolor al ser demasiado autoexigente con él mismo y con los demás. Suele querer llevar siempre la razón porque cree que su forma de pensar es la más correcta.
El Uno evoluciona cuando se acepta a sí mismo y a los demás, suavizando su rigidez y aprendiendo a agradecer y a valorar.
El Dos es alguien que busca constantemente el amor y la aprobación.
Desde niño ha intentado complacer a los demás y eso implica que se olvide de sus propios deseos.
En las relaciones, siempre antepone las necesidades del otro antes que las suyas por miedo al rechazo, lo cual le hace un ser dependiente e incapaz de quererse a sí mismo.
El Dos evoluciona cuando se pone como prioridad y no necesita la aprobación de los demás para demostrar su valía.
El Tres es una persona que busca el reconocimiento a través de los logros, muchas veces de forma superficial.
Necesita destacar por encima del resto para sentirse reconocido y eso a veces lo convierte en alguien egocéntrico y ambicioso. Pero todo esto no es más que un papel, una máscara bajo la que se esconde y que le hace olvidar quién es de verdad.
Un Tres evoluciona cuando se separa de esa imagen falsa y comienza a ser él mismo, descubriendo sus sentimientos y aceptando el fracaso cuando surge.
El Cuatro es alguien que tiende a la depresión y siempre se ha sentido invisible y abandonado.
Probablemente de niño no le hicieron mucho caso y ahora necesita que sean los demás los que le descubran y valoren. Vive la vida con nostalgia, tristeza y melancolía, como en las novelas románticas.
Le cuesta pasar a la acción y suele entrar en bucles donde habla de sí mismo, compadeciéndose ante los demás.
Un Cuatro evoluciona cuando acepta ese abandono y empieza a mostrar interés por lo que hay afuera, en otras personas y actividades.
Los Cinco son personas que construyen una muralla alrededor de ellos e intentan impedir a toda costa que sea asaltada.
Son los típicos “ermitaños” que no parecen sentir nada. No se comprometen con nada ni nadie. Son fríos, observadores, independientes y calculadores.
De pequeños aprendieron a no mostrar sus sentimientos y ahora temen hacerlo ante cualquier relación que se les presenta.
Los Cinco evolucionan cuando conectan con su corazón, reconocen sus sentimientos y no tienen miedo de expresarlos.
Un Seis es alguien inseguro que duda mucho al tomar decisiones, porque lo hace por supervivencia.
Se dice que son personas que de pequeños no tuvieron buenos referentes de autoridad y por eso suelen ir en contra de las normas.
Tienen problemas para terminar los trabajos porque no confían en sí mismos y dudan todo el tiempo sobre si lo que están haciendo es lo correcto o no.
Un Seis evoluciona cuando confía en sí mismo, aprende a tomar decisiones y a aceptar que no siempre se acierta.
El Siete no soporta sentir tristeza ni ningún otro sentimiento “negativo” y por eso lo oculta todo con un falso positivismo.
Es una persona alegre, siempre quiere estar animado aún cuando esto es una coraza para protegerse. Tiene una obsesión con el placer y la felicidad, vive en “los mundos de Yupi” y se dispersa con facilidad.
Un Siete evoluciona cuando se permite sentir, incluso sentimientos negativos. Le viene muy bien practicar la meditación y estar en el aquí y ahora.
El Ocho viene de una familia probablemente grande, en la que el más fuerte es el que se lleva el gato al agua. Por eso ha desarrollado un miedo a que le hagan daño y se esconde detrás de una imagen de persona fuerte y desafiante.
Tiende a querer tener el control, vive a la defensiva e intenta proteger a los demás. Suelen tener perfil de jefe porque no pueden aguantar que nadie les diga lo que tienen que hacer.
Un Ocho evoluciona cuando suelta el control, reconoce sus errores y acepta que existen otras formas de ver la vida además de la suya.
Los Nueve quieren evitar los conflictos a toda costa y por eso les cuesta decir “No” y ponerse en su sitio. De pequeños fueron ignorados, no se les tenía en cuenta y por eso tienden a “anestesiarse” y a bloquearse.
Les cuesta mucho tomar decisiones porque no quieren quedar mal con nadie y siempre intentan mediar en una discusión. Su pecado es la pereza pero cuando pasan a la acción se mantienen fuertes y son testarudos.
Los Nueve evolucionan cuando expresan sus propias opiniones sin miedo, aprenden a tomar decisiones y a completar sus objetivos.
Tal vez después de leer estas descripciones te has sentido identificado con varios de los eneatipos.
Lo primero que tienes que saber es que esto es totalmente normal. Cada eneatipo se centra y se descentra en otro distinto y además existen varios matices que explicaremos en las entrevistas con los expertos.
Para conocer qué eneatipo predomina dentro de ti, tienes que investigar y conocer estos elementos:
¿Y ahora qué?
Conocer tu eneatipo y tus subtipos es solo el principio del autoconocimiento a través del eneagrama.
El camino acaba de empezar, pero debes seguir estudiándote a fondo para reconocer tus virtudes y tus defectos.
Abraza tus partes más sanas y acepta las menos centradas. Solo así podrás sanar tu herida y empezarás a enamorarte de ti misma.
Cuando fluyes con tu manera de ser y la agradeces, es cuando empiezas a estar en paz y dejan de importarte las críticas exteriores.
Espero que estos consejos sobre el eneagrama te hayan ayudado a entenderte un poco más.